Fandral Corzocelada dice: Mis tropas no pueden superar las defensas qiraji. No seremos capaces de acercarnos lo suficiente para que puedas colocar tu preciada barrera, dragón.
Fandral Corzocelada dice: Ya está, dragón. Ve tú delante.
Fandral Corzocelada dice: Ancestros, guiad mi mano... ¡Despertad de vuestro sueño! ¡DESPERTAD Y SELLAD ESTE LUGAR MALDITO!
Fandral Corzocelada dice: Tras la violencia que mi pueblo ha presenciado y de la cual ha sido víctima, ¿esperas que acepte otra carga, dragón? Sin duda, estás loco.
Fandral Corzocelada dice: ¡No quiero tener nada que ver con Silithus, los qiraji y, sobre todo, con ningún condenado dragón!
Fandral Corzocelada dice: El alma de mi hijo no encontrará consuelo en esta victoria vacía, dragón. Lo recuperaré. Aunque me lleve siglos, ¡recuperaré a mi hijo!
Fandral Corzocelada hinca exhausto una rodilla.
Fandral Corzocelada arroja el cetro del Mar de Dunas contra la barrera, haciéndolo añicos.