Naralex da vueltas intermitentemente en un sueño agitado.
Naralex se retuerce de dolor. El Discípulo parece penetrar en la defensa enemiga.
Naralex tiene en sueños una espantosa visión. Algo se mueve bajo las turbias aguas.
Naralex grita: ¡ESTOY DESPIERTO AL FIN!
Naralex dice: ¡Ah, al fin liberado de una pavorosa pesadilla! Te lo agradezco, mi leal Discípulo, a ti y a tus valientes compañeros.
Naralex dice: Debemos ir y reunirnos con los otros Discípulos. Hay mucho trabajo que hacer antes de poder volver a intentar restaurar Los Baldíos. ¡Adiós mis valientes!