Justinius el Presagista grita: Soldados de Azeroth, os enfrentáis a la infame Cruzada Ardiente. Junto a vosotros, caminan las esperanzas y las oraciones de vuestro amado pueblo. Junto con vuestros amigos y compañeros de armas, aguantaréis y detendréis esta invasión demoniaca. Acabaréis con la destrucción y la tiranía que han asolado tantos mundos.
Justinius el Presagista grita: Cada instante que pasa, el pueblo de Azeroth me recuerda las razones por las que vinimos. Lucharé junto a vosotros con orgullo. Si muero hoy, moriré entre amigos.
Justinius el Presagista grita: Los demonios deberían estar seguros de que somos su peor enemigo y, aunque quieren destruirnos, nosotros seremos su ruina. Esta coalición debilitará y derrotará a Kazzak y sus fuerzas. Para ello, es necesario entregarse en cuerpo y alma a nuestra misión. ¡Ellos solo persiguen la destrucción de este mundo!
Justinius el Presagista grita: Luchad juntos, pueblos de Azeroth. ¡Y no perdáis esperanza! Vuestros hermanos acuden corriendo a este portal demoniaco y pronto se enfrentarán a los demonios con tanto valor como vosotros. ¡Que la Luz os proteja!
Justinius el Presagista grita: ¡Sentid el poder de la Luz! ¡Gloria y gracia para la Alianza!